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Para tener una buena salud oral es importante que conozcas los distintos elementos que conforman tu boca y la manera en que debes cuidarlos. Una de estas piezas fundamentales son los dientes.
Estas estructuras están compuestas por distintas capas, cada una con características y funciones distintas. En esta oportunidad te enseñamos la importancia del esmalte dental, qué daños puede sufrir en caso de no practicar una buena higiene bucal y las recomendaciones para evitar su desgaste.
¿Qué es el esmalte dental?
Los dientes están conformados por cuatro tejidos diferentes: el esmalte dental, la dentina, la pulpa dental y el cemento radicular.
El esmalte es la capa externa que tiene entre 2 y 3 milímetros de espesor y cubre hasta la raíz. Está dividido en el prisma (varillas oblicuas alrededor de la zona del esmalte) y las bandas de Hunter-Schernger (bandas que se originan en el límite amelodentinario, o unión esmalte-dentina).
Algunas de las características del esmalte dental son:
- Es el tejido más duro del cuerpo humano: está compuesto por un mineral llamado hidroxiapatita, el cual contiene fosfato de calcio, y está presente en menos densidad en los huesos.
- Su color es translúcido o transparente: aunque se crea que el color de los dientes es por el esmalte, no es así, ya que la dentina se ve a través del esmalte dental.
- Carece de terminaciones nerviosas: el esmalte tiene 90 % de composición mineral. No posee ninguna terminación nerviosa, por lo cual la capa protectora es insensible al dolor.
Función del esmalte dental
Su función principal es la protección de la dentina (capa que contiene los túbulos dentitarios que conectan con el nervio del diente) y de la pulpa dental.
El esmalte dental cuida a los dientes de los diferentes elementos que pueden perjudicarlos y brinda la resistencia adecuada para poder cumplir con la función de la masticación de los alimentos. El desgaste del esmalte puede acarrear diferentes problemas de salud dental como caries, infecciones, hipersensibilidad dental, e incluso fractura de dientes.
El odontólogo necesita hacer un desgaste del esmalte dental para poder poner coronas o puentes.
Factores que dañan el esmalte dental
A pesar de su dureza, existen varios factores que pueden favorecer la pérdida, deterioro o desmineralización del esmalte dental:
Consumo excesivo de ciertas bebidas y alimentos
Las gaseosas con azúcar, la cafeína, los edulcorantes artificiales, las bebidas efervescentes y los saborizantes incrementan la erosión dental y la aparición de las caries.
Las bebidas alcohólicas contienen agentes ácidos que generan deshidratación de la mucosa bucal (porque la producción de saliva disminuye) y desgaste del esmalte.
En el caso del café, el vino y el té, el tanino provoca manchas en el esmalte dental. Entre tanto, los cítricos desmineralizan el esmalte, volviéndolo poroso.
Uso de los llamados remedios caseros
Muchas veces se recomienda usar bicarbonato de sodio como un tratamiento de blanqueamiento dental. Esto es un grave error, ya que al combinarlo con la pasta de dientes resulta abrasivo y, por ende, perjudicial.
Quienes desean blanquear sus dientes deben ver a un especialista, quien utilizará productos indicados como el peróxido de hidrógeno o el peróxido de carbamida, y aplicará las técnicas correctas de estética dental para que el tratamiento sea exitoso y sin lastimar la encía.
Mala técnica de cepillado
Cuando cepillas tus dientes de forma agresiva, generas una fricción que daña el esmalte de tus dientes, además de la encía. Aplicar mucha fuerza durante la higiene dental no es sinónimo de mejores resultados, todo lo contrario, afecta de manera negativa a tu dentadura.
Malos hábitos
Morder alimentos u objetos muy duros (como cubos de hielo, lapiceros, caramelos y uñas) es extremadamente perjudicial para el esmalte dental, ya que se puede agrietar o astillar y necesitará ser restaurado por el dentista.
Bruxismo
Es un hábito parafuncional que involucra los músculos de la masticación, en el que, de manera involuntaria, la persona aprieta o rechina los dientes de manera excesiva. Esto puede ocurrir tanto en el día como en la noche, a la hora de dormir.
Esta patología se debe principalmente al estrés. Al no saber gestionarlo de manera correcta, el paciente libera la tensión mediante la presión sobre la mandíbula.
Este movimiento inconsciente puede ser tan frecuente e intenso que ocasiona daños a la salud bucodental como: problemas mandibulares; esmalte dental desgastado, lo que deja ver las capas internas y profundas de los dientes; dolor de cabeza, dientes desgastados, fracturados o flojos; y mayor sensibilidad dental o dolor.
¿Cómo recuperar el esmalte dental?
El esmalte dental no se regenera de forma natural. Su pérdida es irreversible una vez que sufre algún daño como una caries, una fractura o un desgaste por bruxismo.
Durante una consulta en una clínica dental, el odontólogo hará una valoración para determinar las capas del diente que resultaron afectadas y cuál es el tratamiento más indicado para el caso: reconstrucción, aplicación de resina compuesta, carillas dentales, coronas, endodoncia, entre otros.
Recomendaciones para el cuidado del esmalte dental
Debes proteger tu esmalte dental. Para ello es muy importante que tengas en cuenta todos los cuidados que puedes poner en práctica en tu casa y que, sumados a los tratamientos dentales del odontólogo, ayudarán a mantener este tejido:
- Higiene dental: debes cepillar tus dientes por lo menos dos veces al día, usar hilo dental y el enjuague bucal sin alcohol. Esto te ayudará a evitar que la placa bacteriana afecte tu salud bucodental. En caso de que no puedas cepillarte después de comer, los chicles sin azúcar te pueden ayudar a estimular la producción de saliva, un protector natural contra las caries. De todas formas, recuerda que el chicle no sustituye el cepillado.
- Dieta balanceada: debes evitar el consumo excesivo de bebidas carbonatadas, azúcar, café, néctares, zumos y cítricos.
- Visitas periódicas al odontólogo: es importante que acudas al dentista para que te hagas por lo menos dos limpiezas dentales al año. Esto servirá para evitar la acumulación de placa bacteriana en aquellas áreas a las que no pueden llegar el cepillo y el hilo dental. El odontólogo también te podría recomendar la aplicación tópica de flúor para remineralizar el esmalte.
- Protectores dentales: ayudan a prevenir lesiones en la boca y dentadura en caso de recibir un golpe fuerte en la cara. Son aparatos flexibles, hechos de plástico, que cubren los dientes y minimizan el riesgo de fracturas y caídas de los dientes. Es recomendable utilizarlos si se practican deportes de alto riesgo.
- Guardas para dormir: son unos dispositivos transparentes, que se ponen en la boca para impedir que los dientes sufran desgaste o trauma. Se fabrican de manera personalizada y son de uso intransferible. Son indicados a pacientes que sufren de bruxismo para evitar el rechinamiento de los dientes y tratar de relajar los músculos de la boca.
Tu higiene bucodental requiere dedicación diaria. La prevención es clave para que tu dentadura no sufra daños irreparables que pudieron ser detectados a tiempo. Es importante que, desde niños, se cumpla con una primera visita al odontólogo para conocer cómo se desarrollan los dientes y que, a lo largo de la vida, se continúe con las consultas de rutina para chequeo.
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